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Naranjas rentables para paladares exquisitos

Publicado en el periódico económico Expansión.

La fruta se comercializa en más de trescientos restaurantes de lujo.

Federico Aparici y su mujer, Lola Colomar, han sabido sacar jugo a su cultivo de naranjas y han apostado por producir una fruta sólo para gourmets, que venden a más de trescientos restaurantes y fruterías de lujo de España.

Tras más de diez años dedicándose al cultivo y venta de naranjas a grandes distribuidores, Federico Aparici y su mujer, Lola Colomar, llegaron a la conclusión de que «el negocio del campo no da beneficios y en muchas ocasiones resulta ruinoso». Sin embargo, la imaginación de este matrimonio valenciano le ha permitido mantenerse en el sector agrícola y duplicar sus ingresos en sólo tres años.

Federico Aparici ha destinado sus inversiones a perfeccionar el cultivo de su finca, ubicada en el municipio valenciano de Cultera, hasta obtener un «fruto de alta calidad, natural, que sólo se comercializa cuando está en su punto de dulzura.» Las Naranjas Lola, como ha bautizado a sus frutas, se riegan con el agua del propio manantial que posee la familia y no son sometidas a ningún tratamiento químico para darles más color o brillo. Además, los cien mil kilogramos de naranjas de las variedades Navelina y Navel-Lane-Late que produce cada campaña se limpian y envasan manualmente el mismo día en el que van a ser enviadas. La empresa se compromete a distribuir el producto en un máximo de 24 horas después de haber sido recolectado y «por supuesto, sin pasar en ningún momento por la cámara frigorífica».

La calidad alcanzada por estas naranjas ha permitido al matrimonio Aparici Colomar abandonar, hace ahora tres temporadas, la comercialización al por mayor, «donde los precios que se obtienen apenas permiten compensar los gastos de producción», para destinarlas directamente a clientes selectos, entre los que comercializa el kilo de fruta a un precio aproximado de 2,35 euros (unas 390 pesetas). La empresa exige un pedido mínimo de tan sólo 16,5 kilos, que es el peso de una de sus cajas, y lo hace llegar al comprador en un día y sin gastos de envío.

Restaurantes de lujo
En tres años en el mercado, Naranjas Lola ha conquistado las mesas de más de trescientos restaurantes y hoteles de lujo de toda España. Entre sus clientes se encuentran los restaurantes Viridiana, Chaflán o La Paloma, de Madrid; así como Rías Gallegas o Albacar, de Valencia, e Hispania o El Bulli, de Barcelona. El sabor de estas naranjas ha llegado también a oídos de algunas fruterías selectas, que han optado por ofrecérselas a sus clientes. De este modo, Naranjas Lola se ha convertido en la fruta que saborean reyes y príncipes, al mostrarse en el escaparate de la frutería Vázquez de Madrid, proveedor habitual de la Casa Real española. Federico Aparici confía tanto en la exquisitez de sus naranjas, que se compromete a devolver el dinero a los clientes que no queden satisfechos con la calidad del producto, según asegura en su página web. Y es que las nuevas tecnologías también se han introducido en la empresa agrícola, que comercializa su fruta a través de la red para cualquier gourmet de España.

Publicado el martes, 19 febrero 2002